También llamadas facetas de porcelana son láminas de entre 0,8 y 1,5 mm de grosor que, adheridas a la superficie frontal de los dientes, son capaces de modificar el color, la forma, el tamaño o la posición del diente.
Se trata de prótesis estéticas fijas que, una vez adheridas, son difíciles de despegar, proporcionando un aspecto saludable y estético a los dientes dañados o poco vistosos. Pueden emplearse tanto en los dientes superiores como en los inferiores.
Se pueden emplear varios tipos de porcelana (In-ceram, mirage, procera), pero las carillas que más estética ofrecen y también más resistencia son las confeccionadas con porcelana feldespática.
Se trata de varias capas de porcelana, añadidas en varias cocciones, y constan de una primera capa más opaca capaz de enmascarar el color oscuro del diente y darle un aspecto más luminoso. Sobre esta capa de porcelana se van añadiendo cuerpos de porcelana de diferentes tonos y transparencias, de modo que el resultado final es muy natural, con muchos matices, imitando la anatomía real de un diente. De este modo, las carillas se hacen imperceptibles.
El grosor del esmalte dental es de 1,5 milímetros aproximadamente. Para la realización de la carilla es preciso pulir parte de la superficie del esmalte, menos de 1 mm. De este modo, el diente no queda desprotegido y la carilla se adhiere mejor. Una vez colocada, el grosor diente es normal, ya que el esmalte removido es sustituido por el cuerpo de la carilla.
Indicaciones
Los dientes modifican su color con el paso del tiempo, debido a colorantes alimenticios: café, vino, tabaco; esto se debe principalmente a que el esmalte dental posee una estructura cristalina microscópica, y entre cada prisma del esmalte se acumulan con el tiempo diferentes partículas o impurezas que “ensucian” la superficie del diente. Además pueden sufrir cambios de color por traumatismos: muerte del nervio; o por medicamentos: tetraciclinas.
El blanqueamiento dental es indoloro, no agresivo, muy eficaz y permite conseguir resultados muy satisfactorios.
Indicaciones
Está indicado en aquellas alteraciones del color de los dientes producidas a causa de la alimentación y los hábitos. No servirá de nada el blanqueamiento en dientes teñidos por caries, traumatismos o medicación, como es el caso de las tetraciclinas.
Procedimientos
A) Blanqueamiento clínico:
Es el tipo de blanqueamiento que se realiza en la clínica dental y es llevado a cabo por el personal de la clínica. Se realizan de 1 a 5 sesiones, cada una de unos 45 minutos, separadas de varios días. El procedimiento consiste en el aislamiento de los dientes mediante un retractor de los labios y un protector de la encía. A continuación se aplica un gel sobre la superficie de los dientes, y este gel es activado por una luz que genera calor o un láser. Su concentración en peróxido de hidrógeno o carbamida es alta, y existe un alto riesgo de sensibilidad dental post-tratamiento.
B) Blanqueamiento ambulatorio:
Es el tipo de blanqueamiento que el paciente realiza en su propia casa. El procedimiento consiste en tomar unos moldes de la boca del paciente y confeccionar unas férulas o dispositivos de plástico muy blando con la forma de los dientes del paciente. Al paciente se le entregan, junto con las férulas, unas jeringas de gel de una concentración más baja que el que se emplea en el blanqueamiento por luz o láser. Generalmente, este tipo de blanqueamiento se emplea por la noche, mientras el paciente duerme. Este tipo de tratamiento tiene múltiples ventajas sobre el otro tipo de blanqueamiento, ya que el gel está muchas más horas en contacto con la superficie de los dientes y penetra a mayor profundidad, con lo que el blanqueamiento es más eficaz y más duradero. Además, su concentración es menor, de manera que la sensibilidad posterior al tratamiento es mucho más leve. El uso nocturno de las férulas de blanqueamiento es sencillo y no interfiere con las actividades de la boca durante el día.
Indicaciones
Las carillas son un tratamiento meramente estético, que suele demandar el paciente más que recomendarlo el profesional. Pueden emplearse en los siguientes casos:
- Alteraciones del color de los dientes.
- Dientes fracturados por traumatismos.
- Cambiar la apariencia de los dientes por motivos estéticos y mejorar la sonrisa.
- Cierre de diastemas: tratamiento de dientes separados.
- Hipoplasias de esmalte.
Contraindicaciones
Existen algunas situaciones bucales en las que no es procedente el tratamiento con carillas de porcelana, ya que no ofrecen garantías sobre su buen comportamiento, pudiendo desprenderse con demasiada facilidad o dificultar la higiene oral:
- Pacientes bruxistas: tienden a desgastar los dientes. Apreietan los dientes por la noche y las carillas podrían fracturarse o desprenderse con demasiada frecuencia.
- Patología periodontal: pacientes con movilidad dentaria y pérdida de encía.
- Insuficiente esmalte sano: de modo que no sería posible adherir la carilla con seguridad.
- Mala higiene oral: ya que las encías podrían inflamarse y causar daños en el periodonto.
- Excesivo apiñamiento de los dientes: en casos de apiñamiento severo, se suele recurrir a un tratamiento previo con ortodoncia para colocar los dientes.
- Encías muy irregulares: En estos casos, por muy bonitas que se fabriquen las carillas, el resultado final no alcanzará nunca las expectativas del paciente.
Procedimiento clínico paso a paso:
El tratamiento con carillas requiere de pocas sesiones para llevarse a cabo, sin embargo, requiere de una correcta y compleja planificación. Es muy importante estudiar la sonrisa del paciente para poder decidir que parámetros se van a modificar. Las personas tienen diferentes fisionomías, y a cada una le corresponde un tipo de diente, no se trata de colocar carillas “en serie” y dejar a todos los pacientes con una sonrisa similar, sino que lo que se pretende es dotar al paciente de una sonrisa natural y armónica con las facciones de su rostro. De este modo, a los pacientes con un biotipo atlético, les favorecerán más los dientes cuadrados de bordes planos y a los pacientes leptosómicos o de cara alargada les favorecerán más unos dientes alargados y con bordes redondeados.
Se debe estudiar el área de sonrisa del paciente, es decir, el número de dientes que enseña al sonreir, cuánta encía enseña, el color de su piel, la posición de los labios para no alterar la fonética, etc.
Para realizar el estudio se toman unas fotografías de la boca del paciente en diferente posiciones (reposo, media sonrisa, sonrisa completa, perfil, etc.) y unos moldes de ambas arcadas. En base a las fotografías se realiza un encerado diagnóstico o “mock up”, que es una predicción de cómo quedarán las carillas en la boca de ese paciente. Gracias a este encerado el paciente puede, en la segunda cita, decidir si sigue adelante con el tratamiento o no. Si el paciente accede, se concierta una tercera cita, de varias horas, en la que se prepara los dientes para recibir las carillas. En esta cita se remueve una pequeña cantidad de esmalte, bajo anestesia local para evitar sensibilidad. Se toman unos moldes de los dientes reducidos y unos registros de mordida muy precisos. Por último, se confeccionan unas carillas provisionales de composite para que el paciente no padezca sensibilidad y pueda realizar una vida social normal mientras un laboratorio de prótesis confecciona las carillas de manera artesanal en función de los datos obtenidos del estudio previo y las preferencias y deseos del paciente. Además será el paciente, con el consejo del profesional, quien oriente sobre la forma y color que desea.
El laboratorio tarda una media de 7 a 10 días en preparar las carillas. Los laboratorios más económicos suelen realizar pocos cuerpos de porcelana y por lo tanto el número de cocciones es reducido, por lo que pueden tardar poco tiempo en preparar unas carillas, sin embargo el resultado que cabe esperar es, por supuesto, mediocre. Los laboratorios de calidad suelen realizar las carillas aplicando varias capas de porcelana para lograr diferentes efectos ópticos que asemejan la carilla a un diente real. Para dar realismo a la carilla es preciso que el color no sea plano, sino que tenga un patrón degradado desde el cuello hasta el borde del diente, el cual debe ser transparente y con tonos azulados. Para conseguir estos efectos es preciso cocer capas de porcelana muy finas. Para cocer capas tan finas, es preciso hacerlo en hornos de cerámica especiales que hacen subir y bajar la temperatura muy lentamente durante varias horas, de lo contrario, los cambios bruscos de temperatura pueden fracturar la carilla o producir microfisuras en su estructura. Por ello la necesidad de disponer de varios días para su confección.
Una vez terminadas las carillas, se sumergen en líquidos antisépticos para su esterilización antes de ser probadas en la boca en espera del beneplácito del paciente para ser adheridas definitivamente. Para poder adherirlas, deben ser tratadas químicamente mediante grabados ácidos y sustancias permeabilizantes. Esta cuarta cita en la que se prueban y adhieren las carillas lleva también varias horas. Tras su adhesión, han de ser pulidas y perfiladas. Se suele emplear una quinta cita para la revisión y asegurarse de que todo es correcto, verificando la oclusión, los contactos entre las carillas, la ausencia de inflamación de la encía, la sensibilidad postoperatoria, la fonética, y por supuesto, la estética.
Inconvenientes de las carillas
- Es un tratamiento con un grado de dificultad alta, ya que requiere experiencia tanto por parte del profesional como del laboratorio, además de un alto grado de capacitación técnica.
- Las carillas son complejas de fabricar, por lo que el diagnóstico debe ser preciso, ya que la repetición del trabajo es costosa, por lo que hay que “hilar fino” desde el principio.
- Su preparación y colocación lleva varias horas y puede ser pesado para el paciente.
- Se pueden desprender o fracturar con más facilidad que las coronas.
- La duración media de una carilla es de unos 10 a 15 años. Si alguna se desprende se puede volver a adherir, pero si se fractura es preciso realizar una nueva carilla.
- El tratamiento es definitivo, ya que una vez reducidos los dientes, el paciente deberá llevar carillas toda la vida.
- A veces es difícil lograr un color o estética perfectos si el paciente tiene alteraciones anatómicas en la encía o en la posición de sus dientes.
- El coste del tratamiento es elevado.
Ventajas de las carillas
- Es posible conseguir una estética excelente y muy natural.
- Son más conservadoras que las coronas de porcelana, ya que es preciso remover menos cantidad de estructura dentaria.
- Resisten muy bien el paso del tiempo, ya que no se abrasionan ni cambian de color.
- Son bien toleradas por la encía.
- El daño dentario es mínimo, con lo que no suele haber sensibilidad post-operatoria. En caso de haberla se puede tratar.
- El grado de satisfacción del paciente es muy alto.
- La sonrisa cambia radicalmente en unos pocos días y los resultados son predecibles y definitivos.